jueves, enero 20

NOVEDAD: Manuel Arduino:Un nuevo testamento

Título: Un nuevo Testamento
Autor: MANUEL ARDUINO
Editorial: Editora Digital – www.editoradigital.info
Género: poemario
Precio: 5 dólares
Páginas: 42
Fecha de publicación: 14/01/2011
Diseño de portada: Benegas

El cautivo central

Perdido en el centro del laberinto,
sin saber a quién recurrir,
sin tener nada ni nadie en quien confiar,
sabiéndose sospechado, en total adversidad,
el minotauro emprendió la marcha espiral
a través de los íntimos meandros
del jardín cúbico y mandálico.
Erró el camino una y otra vez,
fatigó su cuerpo monstruoso en la impericia
de una línea de fuga inconcebible,
contempló los astros constelados,
trazó el mapa del infinito
con su marcha cuadrúpeda por los senderos,
atravesó el centauro y el arquero,
dejó atrás los signos celestes
y el juego de los dioses, todo tras el escape
expedito, tras la vía láctea rupestre.
Cuando el aire se abrió como un círculo
al que se descubre en una expedición,
cuando el olor del mundo lo agasajó,
cuando otras voces y no la memoria
se hacían oír, cuando las risas y las quejas,
los perfumes deletéreos y la pitanza aromática
se extendieron como garras amenazantes
sobre su maléfico cuerpo en cautiverio,
cuando al final de sus fatigas
columbró la salida al dédalo circular
y con ello advirtió la inaudita ajenidad,
el otro y el marasmo, la sombra y la daga,
los héroes regodeándose con bandos irritantes;
en ese instante luminar el cautivo sacudió sus esperanzas,
las dejó caer, soltó los estúpidos sueños de libertad,
apreció que junto a su propio laberinto,
aunque sólo en apariencia del lado exterior,
conviven otros característicos laberintos,
encrucijadas de odio y mil amores clandestinos,
entrejuegos de hombres y de mujeres amancebadas,
ligaduras y nudos de ojos y de manos,
convexidades y concavidades afrodisíacas,
tramas y rejas, cruces y vértigos,
vórtices de pasión y de autoindulgencia.
En ese instante el minotauro temible y horroroso,
la pobre víctima propicia del alma heroica
retrocedió hasta el centro del propio egoísmo,
hasta el refugio preservado y seguro
en que se está a solas con el horror sagrado,
con la extinción y la síntesis de uno mismo,
y capitulando de tantas esperanzas fatuas,
de promesas escuchadas a las voces de los hombres,
se sentó sobre sus cuatro patas crujientes
y agachando la testa terrible y taurina
se dejó llorar por todas las lágrimas,
por las lágrimas de todos los cautivos
y esperó que el estertor del tiempo
se hiciera cargo de la terrible interpelación del reflejo
Porque el laberinto es el más cruel de los espejos.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda una entrada profunda, con un léxico poético y muy cuidado, un poco rebuscado para mi gusto... pero la verdad es que con ese comienzo, dan ganas de leerlo.

Gustavo dijo...

El laberinto, el minotauro y los espejos me traen inmediatamente a la memoria a Jorge Luis Borges y su cuento "Asterión".
Muy buen poema.